Existe una tendencia a pensar que contratar a un aparejador o arquitecto técnico para llevar a cabo unas pequeñas obras de reparación, mejora o ampliación, no merece la pena porque ello nos va a suponer un desembolso extra de dinero; pero la realidad demuestra justamente lo contrario.

 

Lo cierto es que una buena gestión llevada a cabo, de manera independiente, por un experto especializado en gestión de obras y proyectos, como pueden ser algunos aparejadores o arquitectos técnicos, influirá muy positivamente en los resultados finales, tanto en la calidad de los trabajos como en el gasto resultante.

 

Es evidente que un experto en una materia concreta, requiere mucho menos tiempo para realizar ciertas labores propias de su especialidad, que lo que necesitaría otra persona que no conoce dicha materia. Eso es lo que llamamos eficiencia, y cuanto mayor sea esta, menor será el tiempo invertido para desarrollar la actividad requerida.

 

De la misma manera, es comprensible que, cualquier circunstancia que no tenemos claro cómo resolver, si la dejamos en manos de un profesional, nos buscará una solución adecuada y con mayor acierto; es lo que llamamos efectividad.

 

Esto es lo que ocurre si acudimos a un técnico para que nos asesore; en nuestro caso un aparejador o arquitecto técnico, que conoce perfectamente las labores a desarrollar, cuáles son las soluciones constructivas adecuadas, cómo deben de hacerse y, no menos importante, quién debe de llevarlas a cabo.

 

Pongamos por caso, que nuestra comunidad de vecinos está planteándose reparar o mejorar el portal y la escalera de nuestro edificio. Es habitual que se soliciten presupuestos directamente a empresas de reforma, sin consultar con un técnico de edificación como puede ser el aparejador, quien le realizaría un estudio completo sobre las necesidades reales que pueda tener la comunidad. Muchas veces las consecuencias de esta falta de asesoramiento derivan en gestiones desastrosas, pérdidas de tiempo, disgustos...

 

Sin embargo, si se consulta a un aparejador autónomo, no vinculado a ninguna empresa, este podrá asesorarle sobre cuestiones como:

 

• Realizar o revisar planos o la documentación de proyecto, si fuera necesario.

• Normativa, a tener en cuenta que le evite problemas con posibles licencias.

• Precios de mercado de las partidas de obra que necesita realizar, además lo hará con un criterio independiente y no interesado; porque su labor es mediadora e imparcial.

• Coordinación de los trabajos de los diferentes oficios

• Prevenir cualquier desvío presupuestario

• Aconsejar sobre las soluciones idóneas en cada momento de la obra

 

En definitiva, con un aparejador o arquitecto técnico debidamente cualificado para estas labores, especializado en gestión de obras y proyectos, queda asegurado el control, la efectividad y la eficiencia, por tanto puedes ahorrar dinero y disgustos.

 

Es importante asegurarse del grado de especialización del aparejador que busquemos para ello. Pues, al igual que entendemos que en medicina existen diferentes especialidades con expertos en las diferentes disciplinas, en la arquitectura y edificación ocurre lo mismo.

 

En esta especialidad de los aparejadores y arquitectos técnicos se debe demostrar experiencia y conocimientos para desarrollar, coordinar y prever las dificultades y contratiempos con las que nos encontraremos en el desarrollo de las obras; el técnico nos asesorará, recomendará y vigilará nuestras obras para que sean más eficientes, estén correctamente acabadas y sean lo más económicas posible.

 

Así que si quieres hacer una obra bien hecha y ahorrar dinero, busca un aparejador o arquitecto técnico independiente experto en gestión de proyectos y obras.

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J.A. Arnaiz